Abr 092011
 

¿Es posible crear ojos?

Un equipo de investigadores japoneses ha logrado que unas células madre se especialicen hasta formar una retina, consiguiendo que de forma espontánea adquieran formas tridimensionales, eso sí, de momento en ratones.

Durante el embarazo en humanos, los ojos se forman a partir de la quinta semana de embarazo: al principio son solo dos estructuras esféricas, pero como todas nuestras células llevan en sus genes las instrucciones que los acabarán convirtiendo en órganos. Luego se forma la vesícula oftálmica y poco después surgen unos conos ópticos con dos capas, es decir, la protorretina. Estos son los pasos que, sin ayudas químicas ni físicas, han reproducido los científicos. Hay que recordar que todas nuestras células llevan toda la información genética: lo que ocurre es que al diferenciarse sólo mantienen activos aquellos genes que les sirven para sus propósitos, manteniendo apagados el resto.

Cada cierto tiempo surgen diferenciaciones conseguidas a partir de las células madre, para formar espermatozoides, células de la piel e incluso órganos como el corazón, formados por un solo tipo de células. Parecía lejano el tiempo en que se conseguirían órganos formados por distintos tipos celulares, porque la diferenciación depende de la interacción entre tejidos durante el desarrollo embrionario y ¡también eso lo han sonseguido!

“Hemos mostrado que las células precursoras de la retina tienen una capacidad inherente para dar lugar a la compleja estructura de la copa óptica”,  “Para generar un órgano complejo es necesario que diferentes tipos de células interactúen para obtener un comportamiento colectivo. Aún no está claro cómo pueden coordinarse entre sí para construirlo”.

Utilidades:

-Para solucionar enfermedades como la retinitis pigmentosa, que causa pérdida gradual de visión.

-Tratamiento de enfermedades varias

-Trasplantes de retina.

Ahora, lo primero será ver si se puede reproducir con células humanas.

Referencias; trabajo publicado  por revista Nature,  y desarrollado por investigadores del Instituto Riken de Kobe, uno de los centros de investigación más prestigiosos de Japón, dirigido por Mototsugu Eiraku y Yoshiki.

Leído en El País, el 07/04/2011 ANTONIO MADRIDEJOS