Parece que sí hay un rayo de esperanza en la patente de una vacuna frente al SIDA. No es una tontería que en esta época de recortes el sueño sea español, de un equipo del CSIC al mando del Dr. Mariano Esteban, la vacuna española ( MVA-B) generó respuesta inmunológica al VIH en el 90% de los 30 voluntarios sanos que la probaron y el 85% de ellos la mantenía un año después.
¿CÓMO SE HA FABRICADO?
Se toma un virus (poxvirus (MVA)) que se utiliza como vector para introducir en el organismo los cuatro antígenos del VIH que componen la vacuna. Se le añade la B porque es el tipo de virus del Sida más común en Europa y America.
¿Cómo se realizan las pruebas?
Primero se prueban en ratones y luego en simios.
2. Ensayo en fase I, es decir, cuyo único objetivo es demostrar la seguridad. Para ello, se prueban en voluntarios sanos. Se comprueba si es capaz de inducir defensas.
Resultado: si induce defensa, no sabamos si es capaz de proteger a las personas de infectarse En este caso, todos los efectos adversos relacionados con la vacunación fueron locales, como pequeño dolor en la zona del pinchazo o cefaleas de escasa consideración.
3. Empezará a ensayarse como vacuna terapéutica: personas infectadas por el VIH que nunca han tenido bajada de defensas y que están en tratamiento estable con antirretrovirales. “Se les administrarán tres dosis siguiendo el mismo esquema que en este primer estudio; una al inicio del ensayo, otra en la semana cuarta y otra en la semana 16”, ha explicado García. Dos meses después, los voluntarios dejarán de tomar su tratamiento antirretroviral y los médicos les seguirán durante seis meses, en los que se analizará el comportamiento de la vacuna y su seguridad.
Fase II. En espera de financiación.
Otras vacunas y comparativa
Hasta ahora, sólo una vacuna ha demostrado reducir eficazmente el riesgo de infección por VIH. Formada por dos compuestos, ALVAC, del laboratorio Sanofi Aventis Pasteur y AIDSVAX B/E, de la ONG Global Solutions for Infectious Diseases, la inmunización que se probó en Tailandia demostró reducir en un 31% las posibilidades de infectarse en sujetos sanos, el primer resultado suficiente para hablar de eficacia de una vacuna, pero a todas luces lejano para soñar con su comercialización.
La vacuna española ha demostrado, por el momento, que genera una inmunidad mucho mayor y que, además, la mantiene por más tiempo: MVA-B genera respuesta inmune cerca de 90% , frente al 20% y un 25% de las anteriores, siendo capaz de activar tanto los linfocitos B como los T.