Si hay un tema del gusto del hombre renacentista, ese es el que se condensa en la expresión latina Carpe diem. En la vuelta a la cultura clásica durante el Renacimiento, la frase de Horacio, perteneciente a sus Odas, Carpe diem quam minimum, credula postero“(algo así como “aprovecha el día y no confíes en el mañana”), fue muy tenida en cuenta por los escritores y artistas de la época.
Walt Whitman (1819-1892) dijo:
Coged las rosas mientras podáis
veloz el tiempo vuela.
La misma flor que hoy admiráis,
mañana estará muerta.
Y también:
No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber alimentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo
extraordinario.
No dejes de creer que las palabras
y las poesías, sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y es oasis.
Nos derriba, nos lastima, nos enseña,
nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tú puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque sólo en sueños puede ser libre el Hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes, huye…
“Emito mis alaridos por los tejados
de este mundo”,dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
No traiciones tus creencias.
porque no podemos remar en contra de nosotros mismos:
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente, sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron,
de nuestros “Poetas Muertos”,
te ayudan a caminar por la vida.
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los “Poetas Vivos”.
No permitas que la vida te pase a ti
sin que la vivas …
Garcilaso de la Vega (1498-1503) escribió su “Soneto XXIII” también con el fondo del “carpe diem” de Horacio:
En tanto que de rosa y d’azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
con clara luz la tempestad serena;
y en tanto que’l cabello, que’n la vena
del oro s’escogió, con vuelo presto
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena:
coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto antes que’l tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.
Marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudará la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre
Escuchemos ahora este villancico (nada que ver con una canción navideña -villancico procede de “villano”, esto es, aldeano) de Juan del Encina (1468 – 1529), interpretado por La Capella Reial de Catalunya – Hespérion XXI, dirigidos por Jordi Savall, cuyo texto dice así:
Hoy comamos y bevamos,
y cantemos y holguemos,
que mañana ayunaremos.
Por honra de San Antruejo
parémonos hoy bien anchos.
Embutamos estos panchos,
recalquemos el pellejo:
que costumbre es de concejo
que todos hoy nos hartemos,
que mañana ayunaremos.
Honremos a tan buen santo
porque en hambre nos acorra;
comamos a calca porra,
que mañana hay gran quebranto,
Comamos, bevamos tanto
hasta que nos reventemos,
que mañana ayunaremos.
Beve Bras, más tu Beneito.
Beva Pedruelo y Lloriente,
Beve tú primeramente;
quitarnos has desse preito,
En bever bien me deleito:
daca, daca, beveremos,
que mañana ayunaremos.
Tomemos hoy gasajado,
que mañana vien la muerte;
bevamos, comamos, huerte,
vámonos carra el ganado.
No perderemos bocado,
que comiendo nos iremos,
y mañana ayunaremos.
Es importante entender que las preocupaciones del ser humano no han cambiado tanto. Cuando el rapero El Chojin dice que “no existe ayer ni mañana, hoy es eterno, el futuro no va a llegar jamás así que en vez de esperar mi consejo es: vive el momento”, está recurriendo a la máxima antigua del Carpe Diem de Horacio, que otros muchos han recogido. Hasta hoy. Por eso no debemos despreciar a los antiguos.