La impresionante Lección de anatomía de Rembrandt, que marcando un antes y
un después en el desarrollo de la pintura moderna, por sus fuertes contrastes lumínicos (tenebrismo), la excelente técnica y la hondura psicológica en sus personajes. Viveza y fuerza expresiva, colores intensos, fuertes claroscuros… El encargo de esta pintura procede del gremio de cirujanos de la ciudad de Amsterdam. Los personajes que aparecen retratados en este cuadro no son médicos, sino patrones que pagaban comisiones por ser incluidos en la pintura. Todos contemplan atentamente el cadáver de un ajusticiado, que es el que centra la composición y la temática del cuadro.
La palabra “barroco” (perla irregular, en portugués), se comenzó empleando para
describir un estilo densamente ornamentado en relación con la arquitectura y, en general, el arte del siglo XVII. Este término pasó a utilizarse para hacer referencia al estilo musical del período de unos ciento cincuenta años que va desde el nacimiento de la ópera y del oratorio hasta la muerte de Bach, en 1750. La grandilocuencia asociada al barroco tiene mucho que ver con la estabilización de las grandes monarquías europeas en este momento histórico, monarquías que ciertamente se rodean de pompa y lujo. Se trata en realidad de una época compleja, de desórdenes y de cambios: dificultades para las monarquías, malas cosechas que empobrecen al pueblo, ansias de poder de la nobleza, conflictos religiosos y hegemónicos que desembocan en la Guerra de los Treinta Años, etc.
Escuchemos la imponente “Marcha para la ceremonia de los turcos”, de Jean Baptiste Lully, en esta escena de “Todas las mañanas del mundo”.