Toshiro Kanamori no es un maestro al uso. Es un MAESTRO con todas las mayúsculas. En su escuela primaria de Japón los niños aprenden a “vivir en el corazón de los demás”, y en el corazón hay sitio para todos.
Los profesores programamos nuestro trabajo en función de unos objetivos generales, que tienen que alcanzar nuestros alumnos. Toshiro Kanamori prefiere destacar uno, el más importante: aprender a vivir feliz. Todos los días, en su escuela, se aprende a ser feliz. Los lazos que sus alumnos desarrollan entre ellos son muy fuertes, no se romperán fácilmente.
Probablemente, cuando sean adultos, estos niños y niñas sabrán afrontar sus problemas de otra manera, sabrán tomar el camino adecuado para aceptarlos e intentar solucionarlos. Sabrán vivir más felices, en definitiva. Sigue leyendo