Piramide nutricional ¿Sabemos interpretarlas?

Pirámide nutricional

Publicado el 5 febrero 2014 por Javier Angulo

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¿Cuántas veces hemos visto imágenes como ésta? Ambas se refieren a pirámides nutricionales y tratan de informar de una forma gráfica y sencilla, lo que debemos hacer para mantener un buen estado de salud. La primera de ellas fue presentada en el VIII Congreso Internacional de la Dieta Mediterránea, que se celebró en la Feria Alimentaria 2010 en Barcelona. Es la nueva pirámide alimentaria que se aconseja para la Dieta Saludable de un adulto sano, planteada desde el consenso internacional y basada en las últimas evidencias científicas en el campo de la nutrición y la salud, publicadas en cientos de artículos científicos en las últimas décadas).

La segunda de ellas, fue publicada en el año 2007 por la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria, indicada para niños y adolescentes. ¿Sabemos interpretarlas?

La base de la pirámide indica lo que debemos hacer habitualmente, frecuentemente, diariamente, para encontrarnos en el mejor estado de salud posible; es decir, debemos realizar ejercicio y beber agua (en el caso de los niños y adolescentes) y sumado a ello, en la nueva pirámide (población adulta), se incluyen elementos tan importantes como: moderación (el tamaño de las raciones debería basarse en la frugalidad. El estilo de vida actual, supone un menor gasto energético, por lo que sería conveniente reducir el tamaño de las raciones); socialización (la convivencia, potencia el valor social y cultural de la comida); estacionalidad (los alimentos de temporada, frescos y apenas procesados, contienen más nutrientes); actividad física grupal (la práctica regular de la actividad física moderada; un mínimo de 30 minutos a lo largo del día, proporciona muchos beneficios para la salud; siempre que sea posible, se recomiendan las actividades al aire libre y en compañía, para potenciar el atractivo del ejercicio físico y reforzar los vínculos del grupo); descanso (descansar adecuadamente, refuerza y repara el organismo) y dedicar tiempo a cocinar (para hacer de ella una actividad relajada y divertida, que se puede realizar en familia, con amigos, o con la pareja).

En esta base, predominan los alimentos de origen vegetal: frutas y verduras de diferentes colores (a más colores, más nutrientes) y éstas últimas tanto crudas (preservan nutrientes termosensibles) como cocinadas; y cereales, preferiblemente integrales (ya que algunos nutrientes y fibra se pueden perder en el procesado).

Se debe garantizar el aporte diario de entre 1,5 y 2 litros de agua, pues una correcta hidratación es esencial para mantener un buen equilibrio de líquido corporal, siempre respetando las variabilidades individuales (en función de la edad, el nivel de actividad física, la situación personal y las condiciones climáticas). Además de beber agua directamente, el aporte de líquido se puede completar con infusiones de hierbas y caldos de verduras.

A mitad de la pirámide, aparecen los derivados lácteos (preferiblemente en forma de yogur natural y quesos bajos en grasa), los frutos secos, las semillas, el aceite de oliva, las hierbas aromáticas y las especias, el ajo, la cebolla y además, se indica añadir menos sal.

Y esto, es lo que debe predominar, lo que se aconseja consumir, a diario y en las proporciones adecuadas, para mantenernos sanos.

En la mitad superior de la pirámide, aparecen alimentos que deben consumirse, pero en menor proporción, como carnes magras, aves de corral, pescados, mariscos, huevos y legumbres.

En la parte superior, aparece aquello que debe consumirse ocasionalmente y a ser posible en cantidades bajas, como: carnes y embutidos grasos.

Y en el vértice de la pirámide encontramos los dulces. El azúcar, los caramelos, los pasteles, la bollería, las chucherías, los zumos de fruta azucarados y los refrescos, que se deberían consumir en pequeñas cantidades y sólo de vez en cuando.

Y, llama la atención, en la pirámide publicada por la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), la figura del niño estudiando, que aparece en la cima de la pirámide, es decir, ¿es lo que debe hacerse ocasionalmente? Al menos eso “parece indicar”.

Analizar esto profundamente, traería mucha polémica y sobre todo teniendo en cuenta los últimos informes Pisa. Ilusión, pasión, motivación, deseo por aprender, compromiso, esfuerzo, eso es lo que debemos inculcar a nuestros muchachos, para mejorar la eficacia en sus estudios. Más tiempo, no es mejor; es cuestión de organizarse.

¿Cómo hacerlo? Lo que está claro, es que gran parte de la población infantil y adolescente se mueve poco; a ello, añadir el gran % de sobrepeso y obesidad, que actualmente se da en estos rangos de edades. Los adolescentes pasan 30 horas semanales sentados en la escuela, con posturas incorrectas (además de las producidas por las altas cargas en sus mochilas) y otras tantas en sus casas con tareas y estudios, a las que debe sumarse el uso de móviles (cuyo abuso comienza a ser alarmante), ordenadores, tabletas, consolas, programas televisivos y entretenimientos varios.

Total sentados: ¿70 u 80 horas? Y, ¿moviéndose?… ¿3 horas, 7 a lo sumo? Sin embargo, en la base de la pirámide aparece el ejercicio, que debe practicarse diariamente y más en estas edades, con tanta explosión energética, donde a mayor velocidad se enriquecen psicomotrizmente (si se les estimula) y se adquieren más destrezas; por lo que sería lógico, que regularmente, practicaran actividades físicas variadas. Es decir, sería aconsejable, al menos una hora de Educación Física, todos los días (en gran parte, su única actividad física).
Aún así, incluso los que están federados, o apuntados en actividades deportivas extraescolares, se alejarían mucho, de lo indicado por la SENC, pero seguro lo agradecerían (los niños y los adolescentes). Y no es de extrañar, que en todas las pirámides aparezca el ejercicio físico en la base. Investigaciones recientes señalan que, además de los múltiples beneficios físicos y metabólicos que nos aporta, influye favorablemente en la función cognitiva, contribuyendo también a la regeneración neuronal, al estimular la producción del llamado factor neurotrófico cerebral, fundamental en la creación de nuevas conexiones sinápticas.

Y es que… MOVERSE ES VIVIR. Más eficacia en el estudio, menos uso de móviles y consolas, mejor alimentación e hidratación y más movimiento. Así que… a correr y a jugar y, a ser posible en grupo, y con ello, seguro que todos ganamos en salud.

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