Nicolás Copérnico

<![CDATA[

540 aniversario del nacimiento del obispo de Warmia

“Se habla de un nuevo astrólogo que pretende demostrar que la Tierra se mueve y gira, en vez de hacerlo el cielo, el sol y la luna, como si alguien que viajase en un carruaje o en un barco creyese permanecer inmóvil mientras la tierra y los árboles caminaban y se movían. Pero así están hoy las cosas: cuando alguien desea parecer inteligente tiene necesariamente que inventarse algo especial, y de la forma en que lo idea, tiene necesariamente que ser lo mejor! Este necio desea trastornar toda la ciencia de la astronomía. Pero la Sagrada Escritura nos dice que Josué ordenó detenerse al Sol, y no a la Tierra”. (Lutero hablando sobre Copérnico)

“Con suficiente seguridad puedo pensar, Santísimo Padre, que en cuanto algunos adviertan que en estos libros míos sobre las revoluciones de las esferas del mundo atribuyo al globo terrestre algunos movimientos, inmediatamente proclamarán que debo ser condenado junto con esa opinión. En verdad, no me satisfacen mis opiniones hasta el punto de no querer tener en cuenta lo que otros juzgarán de ellas. Y aunque sepa que las opiniones del filósofo están muy alejadas de las opiniones del vulgo, porque su afán es buscar la verdad en todas las cosas, en la medida en que Dios se lo ha permitido a la razón humana, sin embargo, creo que hay que huir de las opiniones totalmente alejadas de la rectitud. Así, cuando pensaba cuán absurdo les parecería este discurso a aquellos que consideran confirmada por el juicio de muchos siglos la opinión de que la Tierra está inmóvil en medio del cielo, colocada en el centro de éste, si yo afirmara por el contrario que la Tierra se mueve, dudé largo tiempo si publicar mis comentarios escritos como demostración de ese movimiento, o si sería mejor seguir el ejemplo de los pitagóricos y de algunos otros que solían transmitir los misterios de la filosofía solamente a parientes y amigos y no por escrito, sino oralmente, como atestigua la carta de Lysis a Hiparco. Y en verdad me parece que eso se hacía no, como piensan algunos, por cierto recelo a comunicar el saber, sino para que las cosas tan bellas, investigadas con mucho esfuerzo por grandes hombres, no fuesen despreciadas por aquellos a quienes les resulta molesto dedicar cierto esfuerzo a las letras, si no son lucrativas, o por aquellos que, aunque impulsados por las exhortaciones y el ejemplo de otros al estudio liberal de la filosofía, debido a su ingenio obtuso, se mueven entre los filósofos como los zánganos entre las abejas. Mientras iba valorando estas cosas, el desprecio, que debía temer por la novedad y lo absurdo de mi opinión, casi me indujo a abandonar del todo la obra ya acabada.” (Nicolás Copérnico, De Revolutionibus Orbium Coelestium, 1543)

]]>

Aristóteles. La amistad

<![CDATA[

Aristóteles expone tres clases de amistad: […]
La primera clase es la amistad perfecta, que se da entre los hombres buenos e iguales en virtud, ya que éstos quieren el bien el uno del otro en cuanto que son buenos, y son buenos en sí mismos (“khatautó”). Esta clase de amistad es la más permanente. Con todo, estas amistades son raras porque tales hombres son pocos y, además, requieren trato, pues sin él, no cabe el conocimiento mutuo. El deseo de amistad surge rápidamente, pero la amistad no.

La segunda clase de amistad es la de aquellos que se quieren por interés, o no por sí mismos, sino en la medida en que se benefician en algo los unos de los otros.

La tercera clase de amistad es la de los que se quieren por el placer. Por tanto, en los que se quieren por interés, la amistad obedece al propio bien; y en los que se quieren por el placer, a su propio gusto. En estos casos, la amistad se subordina a los bienes mediales. En suma, estos dos tipos de amistad son imperfectos, y por eso fáciles de disolver: cuando ya no son útiles o agradables el uno para el otro, la amistad desaparece.”

]]>

Marx. Crítica a la Economía Política

<![CDATA[

“Cuando en un país todos van descalzos pero las vitrinas de las zapaterías están llenas de zapatos, el economista
de lo único que se entera es de que en ese país no hay demanda de calzado”
(Carlos Marx, extractos de lectura en 1844. OME, tomo V, Ed. Crítica, 1978, pág. 296)

«Una parte de la burguesía desea mitigar las injusticias sociales, para de este modo garantizar la perduración de la sociedad burguesa. Cuéntanse en este bando los economistas, los filántropos, los humanitarios, los que aspiran a mejorar la situación de las clases obreras, los organizadores de actos de beneficencia, las sociedades protectoras de animales, los promotores de campañas contra el alcoholismo, los predicadores y reformadores sociales de toda laya. Pero además, de este socialismo burgués han salido verdaderos sistemas doctrinales. Sirva de ejemplo la Filosofía de la Miseria de Proudhon.»

(Marx y Engels, El manifiesto del Partido Comunista”)

Actividad voluntaria: pincha en la imagen y realiza un comentario en el blog, desde las coordenadas filosóficas del materialismo histórico, trabajadas en clase, sobre la calificación que la portavoz de la Plataforma de Afectados por las Hipotecas (PAH) utiliza al referirse al secretario general de la Asociación Española de Banca (AEB).

“Y ahora, la utopía burguesa y pequeñoburguesa que pretende hacer a cada obrero propietario de una casita y encadenarlo así a su patrón con vínculos semifeudales, adquiere un aspecto diferente.” (Federico Engels)

Pincha en las imágenes si quieres leer más.

“La sociedad como tal es pura abstracción. En la historia, en la realidad viva y corpórea de la civilización humana en desarrollo, la sociedad es siempre un sistema y un equilibrio de Estados, un sistema y un equilibrio de instituciones concretas, en las cuales la sociedad adquiere conciencia de su existencia y de su desarrollo y únicamente a través de las cuales existe y se desarrolla.
Cada conquista de la civilización humana se hace permanente, es historia real y no episodio superficial y caduco, en cuanto encarna en unas instituciones y encuentra una forma en el Estado. La idea socialista ha sido un mito, una difusa quimera, un mero arbitrio de la fantasía individual hasta que ha encarnado en el movimiento socialista y proletario, en las instituciones de defensa y ofensiva del proletariado organizado, en éste y por éste ha tomado forma histórica y ha progresado; de él ha generado el Estado socialista nacional…..
El movimiento libertario se difunde aún donde prevalece el artesanado y el feudalismo rural; en las ciudades industriales y en el campo de cultivo agrario mecanizado, los anarquistas tienden a desaparecer como movimiento político, sobreviviendo como fermento ideal…..
Hoy, en el tumulto social promovido por la guerra, parece que la idea libertaria haya multiplicado el número de sus adeptos. No creemos que la idea tenga de qué vanagloriarse. Se trata de un fenómeno de regresión: a las ciudades han emigrado nuevos elementos, sin cultura política, sin entrenamiento en la lucha de clases con las formas complejas que la lucha de clases ha adquirido en la gran industria. La virulenta fraseología de los agitadores anarquistas prende en estas conciencias instintivas, apenas despiertas. Pero la fraseología pseudorevolucionaria no crea nada profundo y permanente. Y lo que predomina, lo que imprime a la historia el ritmo del progreso, lo que determina el avance seguro e incoercible de la civilización comunista no son los “muchachos”, no es el lumpenproletariado, no son los bohemios, los diletantes, los románticos melenudos y excitados, sino las densas masas de los obreros de clase, los férreos batallones del proletariado consciente y disciplinado.” (Antonio Gramsci)

]]>

Idea de Paz

<![CDATA[

Bajo el concepto de “paz”, o bajo el término “pacifista”, se suelen englobar un sin fin de posiciones que van desde el mantenimiento de la paz mediante tanques (teoría de la disuasión), hasta las teorías budistas más armonistas evitando pisar hormigas para no aumentar el propio karma. Ello conlleva la necesidad de una clasificación de los conceptos y las posiciones pacifistas que se han mantenido históricamente y se mantienen en la actualidad. Se trata de analizar los conceptos de paz en diferentes contextos categoriales en donde se han hecho presentes (biología-etología, etnología, psicología y sociología) mostrando la insuficiencia de cada una de estas visiones parciales a la hora de abordar con propiedad un análisis pertinente (y gnoseológicamente responsable) de este asunto.

Se trata de presentar un dispositivo analítico en el que la Idea de Paz, y su opuesta la Guerra son contempladas como un par de conceptos conjugados, ligado, a su vez, a otros pares de conceptos, igualmente conjugados, tales como: Hombre/Sociedad, Libertad/Autoridad, Tolerancia/Intolerancia…, de cuyas conexiones o desconexiones se obtienen posiciones ideológica definidas en torno a la Paz. Desde ellas se procedería a clasificar las opiniones indicadas y posteriormente a enjuiciarlas.

En las circunstancias actuales, sin perjuicio de la voluntad pacifista de la Organización de las Naciones Unidas, de los Tratados internacionales, &c., puede decirse que no ha pasado un año sin que una guerra –o una escalada terrorista o de violencia en general– haya tenido lugar en la superficie del planeta.

Para empezar ofrecemos varias muestras de la equivocidad del concepto de “paz”, que interactúa con otros muchos, que no siempre aparecen explicitados: violencia, lucha, conflicto, agresividad, guerra…, cuestiones que analizaremos en clase.

PAZ EVANGÉLICA

La serie de pinturas «El Reino de la Paz» del pintor naif y pastor cuáquero yanqui Eduardo Hicks (1780-1849), que pretendían ilustrar el versículo 11:6 de Isaías: «El lobo habitará con el cordero, la pantera se acostará junto al cabrito; ternero y leoncillo pacerán juntos, un chiquillo los podrá cuidar» representan muy bien la ingenuidad de la paz evangélica. Que se contrasta con esta otra paz de Cristo: «No he venido a traer paz sino espada.» (versículo de Mateo, 10,34).

PAZ POÉTICA

Imagina que no hay Cielo , es fácil si lo intentas, ningún Infierno bajo nosotros, sobre nosotros sólo el firmamento. Imaqina a toda la gente viviendo el presente. Imagina que no hay países, no es difícil hacerlo, nada por lo que matar o morir, ni tampoco religión. Imagina toda la gente viviendo la vida en paz. Puedes decir que soy un soñador, pero no soy el único. Espero que algún día te unas a nosotros, y el Mundo será uno. Imagina que no hay posesiones, me pregunto si puedes, ninguna necesidad de avaricia o ansias, una hermandad del Hombre. Imagina a toda la gente compartiendo todo el Mundo…”

Díficilmente se puede “imaginar” un ideario poético más contradictorio con la política, y concretamente con la política de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), porque lo que en él se pide es, en resumidas cuentas, su disolución: no puede haber “Naciones Unidas” si no hay Naciones (“Países”).

PAZ PEDAGÓGICA

Lee la noticia aquí

(por cierto, Pennsylvania fue fundada por un heresiarca cuáquero pacifista llamado Guillermo Penn)

Lee la noticia aquí

PAZ POLÍTICA

Kant: La paz perpetua, escrito en el plácido ambiente propiciado por la Paz de Basilea, firmada por Francia y Prusia en el año 1795.

Clausewitz: “De la guerra monumental tratado escrito por el oficial prusiano, paradigma del realismo político adquirido durante el enfrentamiento con la Francia napoleónica. En el año 2005 apareció una edición completa, la primera versión íntegra en español, de Vom Kriege, del general Carl von Clausewitz (1780-1831). 

Paz nazi (pincha aquí)

Paz de Gandhi

En su ensayo Reflexiones acerca de Gandhi” (1949) sostiene Orwell que Gandhi nunca percibió la naturaleza brutal del totalitarismo y por ende suponía toda lucha como una extrapolación de su propia disputa contra el imperio británico. Además, como el resto de los pacifistas, Gandhi eludía las preguntas más difíciles, y las respondía vagamente sólo cuando le eran impuestas desde afuera. Por ejemplo, Gandhi no tuvo más remedio que contextualizar la crítica contra la guerra al admitir que si se hubiera aplicado la resistencia pacífica ante una invasión japonesa en 1942, habría costado varios millones de vidas.

Paralelamente, al juzgar la bomba en Hiroshima (con el horroroso saldo de casi cien mil japoneses muertos) debe recordarse que sólo la toma de Okinawa poco antes había costado mayor número de muertos japoneses, además de doce mil norteamericanos, cien mil civiles adicionales, y decenas de miles de heridos de ambos lados.

En sus reflexiones sobre Gandhi George Orwell incluye una específica mención de los judíos. Dice Orwell en 1949:

“Con respecto a la última guerra, una pregunta que todo pacifista tenía una clara obligación de responder era: «¿Y qué de los judíos? ¿Está usted dispuesto a que se los extermine? Si no lo está, ¿cómo propone usted que se los salve sin recurrir a la guerra?”

“Debo decir que nunca escuché una respuesta honesta a esta pregunta por parte de un pacifista occidental, aunque escuché muchas evasivas.”

A Gandhi se le preguntó algo similar en 1938 y su respuesta está incluida en «Gandhi y Stalin» de Louis Fischer:

“Los judíos alemanes debían cometer suicidio colectivo, lo que habría levantado al mundo y al pueblo alemán contra la violencia de Hitler.”

Después de la guerra, Gandhi se justificó:

“Los judíos habrían sido de todos modos asesinados, así que podrían haber muerto de modo significativo.”

Paz soviética o la Paz de la Victoria (pincha aquí)

Themis, la diosa de la Justicia

Paz jurídica

Hablar de derecho penal es hablar, de un modo u otro, de la violencia. Violentos son generalmente los casos de los que se ocupa el Derecho Penal: robo, asesinato, terrorismo, rebelión. Violenta es también la forma en que el Derecho Penal soluciona estos casos: cárcel, psiquiátricos, suspensiones e inhabilitación de derechos. El mundo está preñado de violencia y no es, por tanto, exagerado decir que esta violencia constituye un ingrediente básico de todas las instituciones de este mundo. También el Derecho Penal. (extracto de un manual universitario de Derecho Penal: F. Muñoz Conde y M. García Arán, Derecho Penal. Parte general, Valencia, 1996)

Bastaría darnos un paseo por la capital navarra y comprobar el sentido dialéctico de esto que nos dice Platón: “Lo que las gentes llaman paz no es más que un nombre y, en realidad, hay por naturaleza una guerra perpetua y no declarada de cada ciudad con todas las demás” (Las leyes I, 625e).

El armonismo pacifista de la Plaza de la Paz de Pamplona

Fortificación militar de la Ciudadela de Pamplona

Y, por ahora, finalizamos con la Idea de Paz, en este caso política, de un filósofo español, Miguel de Unamuno:

atenea2Atenea

“Fue Caín el fratricida, el fundador del Estado, dicen los enemigos de este. Y hay que aceptarlo y volverlo en gloria del Estado, hijo de la guerra. La civilización empezó el día que un hombre, sujetando a otro y obligándole a trabajar para los dos, pudo vagar a la contemplación del mundo y obligar a su sometido a trabajos de lujo. Fue la esclavitud lo que permitió a Platón especular sobre la república ideal, y fue la guerra lo que trajo la esclavitud. No en vano es Atenea la diosa de la guerra y de la ciencia. Pero ¿será menester repetir una vez más estas verdades tan obvias, mil veces desatendidas y que otras mil vuelven a renacer?” (Del sentimiento trágico de la vida).

“Si vis pacem para bellum”

(Inscripción en el Centro Cultural de los Ejércitos de Madrid)

Era la consigna bajo la que actuaba el Imperio Romano. “Pax” significa pacto, es decir, suspensión de las hostilidades.

]]>

Espacio antropológico

<![CDATA[

En este artículo se pide que no se confundan el Eje angular y el Eje circular.

Hay  quienes también confunden ambos y van mucho más allá, hasta el punto de considerar a un animal no humano como sujeto de derechos al que se le pudiera aplicar un tipo de “justicia”; pero si se eleva, por ejemplo, al animal perro a la categoría del hombre, se rebaja al hombre a la categoría del perro. Así, tendríamos como resultado una vulneración absoluta del Derecho y de lo justo, de modo que, por poner otro ejemplo, no podríamos discriminar al cochinillo o al pavo de la Navidad respecto de nosotros. Sería una acción angular del espacio antropológico. Y la máxima aproximación que se da al tratar de hacer de esta relación angular una relación circular (humanizándola en los dos polos) es la que se da paradójicamente entre los que dicen defender a los animales (veganos y demás animalistas), pues ellos dicen estar en contra del uso del animal como mercancía o cosa (lo aproximado al Eje radial) y con ello lo que hacen es identificarlo en derechos con el eje circular. Todo esto envuelto en una ideología de “la ética” que demoniza todo lo que no sea vegano y animalista; pero la ética, surgida del derecho y su justicia sólo se da entre iguales, este es el “a-juste” de la justicia (ius = justo, a-justado, a-justar, a-justiciamiento), y si los animales son iguales a nosotros en tanto somos también animales “homo”, ante esta igualdad animalesca desaparece el derecho actual basado en aquel ajuste entre personas iguales -jurídicas-, que han superado la mera animalidad al dotarse de ciudades (“polis”, política), y quedamos reducidos a la ley de la selva en la cual vuelve a imponer un derecho cuyo fin sea su propia especie y no otra. Pero este animal vencedor sería otra vez el hombre, el cual se sobrepujaría otra vez a sí mismo elevándose por encima de los demás animales como persona y fundando otra vez un derecho en el cual los animales no humanos volverían a ser situados por debajo de las personas, es decir, en el estatus que sólo puede darse como relación angular.

Pero frente a los fines humanos el animal no tiene derechos, es simplemente objeto del fin, abandonado a sus fines, y es de alta importancia establecer firmemente este punto de vista…..Consecuentemente realizada, esa compasión llevaría a que no se matase a ningún animal, a que no se diese muerte a ningún ave, a ningún animal salvaje, a que no se capturase ningún pez, a que no se montase ningún caballo, a que no se pudiese golpear a ningún buey perezoso, o a un asno, y los animales desplazarían de la superficie de la tierra finalmente a los seres humanos, que no podrían alimentarse más con ellos….Mi primera pregunta a un apostol de esa herejía sería si come todavía carne, y si utiliza al caballo para montar o viajar. (Rudolf Von Ihering. El fin en el Derecho).

Como dice  Von Ihering, la compasión con los animales, por la cual se dejan guiar los hombres, es en realidad una desconsideración hacia los seres humanos. Supone subvertir el espacio antropológico.

                       ¿”… más de 10.000 toros asesinados…”? ¿Acaso los toros tienen la condición de personas no-humanas?

¿Qué opinas sobre el hecho de que existan diversas asociaciones que salen a las calles protestando por el maltrato de animales no humanos, pero, en cambio, no se conozca protesta alguna por la muerte de animales humanos e incluso que se hagan actos conmemorativos por la conducta de sujetos que de modo voluntario y libre ponen en riesgo sus vidas? (Para responder te servirá lo estudiado sobre el eje angular, el carácter numinoso de los animales)

El hombre es un animal, pero no es cualquier animal. El hombre vive en sociedades políticas determinadas históricamente. La abeja o la hormiga, entre otros, son animales que viven en sociedades pero de muy distinto signo: son sociedades al margen de lo político, de la Historia y del Derecho. El Derecho presupone al Estado. No existe el Derecho al margen del Estado. El Derecho es una institución humana (los animales no humanos no tienen instituciones) y no tiene mayor sentido hablar de “Derechos de los Animales” que hacerlo de “religiones de los perros”, “capitalismo de los hipopótamos” o “matrimonios de leones”.

Una muestra de lo que le puede llegar a suceder a quien no posee la suficiente conciencia de la distinción entre los dos ejes o, al menos, el peligro que puede suponer el reinstalarse en una situación completamente análoga a la del Paleolítico, la tenemos en Timothy Treadwell cuya peripecia angular fue filmada en un documental elaborado por Werner Herzog, titulado “Grizzly Man” (el “Hombre oso”), en el que aparecen las numerosas horas de grabación que Treadwell había filmado de sus horas en Alaska con los osos pardo durante dos veranos… hasta que él y su acompañante de turno fueron devorados por un poderoso macho tras una lucha cuyo sonido terrible quedó igualmente grabado. Este antiguo surfero superó su dependencia a las drogas mediante su convivencia con los osos, a la que atribuía funciones salvíficas: “los animales fueron el milagro”, decía. A cambio, él se convertiría (no estaba claro cómo) en el protector de los osos y mediador entre ellos y el resto de los hombres. Finalmente, cumplió su palabra: “al igual que Cristo murió por los hombres, yo moriré por estos osos.”

http://www.youtube.com/watch?v=W2PbyZAwkpc

Pincha en esta segunda imagen para leer la noticia

]]>

Umberto Eco contra el cientificismo

<![CDATA[

O contra quienes no son capaces de distinguir entre “docta ignorancia” e “ignorancia docta”.

El artículo disponible aquí.

Es un tópico identificar la ciencia por las connotaciones que la plabra griega episteme lleva aparejada: saber absolutamente necesario de las cosas naturales. Pero bajo el término episteme los griegos incluían tanto la ciencia (“dianoia”) o conocimiento discursivo basado en hipótesis, como la filosofía (“noesis”) o captación directa e inmediata de la esencia misma de la realidad. Aunque ambos tipos de saberes comparten los rasgos de racionalidad y sistematismo, se han ido diferenciando históricamente, sobre todo a partir del siglo XVII. A principios del siglo XIX la academización de la ciencia ha provocado una ruptura entre ambas que el desarrollo de la cultura occidental profundiza institucionalmente de manera harto peligrosa. Ortega y Gasset diagnosticaba este fenómeno aludiendo a la aparición de un nuevo tipo de científico: el bárbaro especialista”:

“He aquí un precioso ejemplar de ese extraño hombre nuevo que he intentado, por una y otra de sus vertientes y haces, definir. He dicho que era una configuración humana sin par en toda la historia. El especialista nos sirve para concretar enérgicamente la especie y hacernos ver todo el radicalismo de su novedad. Porque antes los hombres podían dividirse, sencillamente, en sabios e ignorantes, en más o menos sabios o en más o menos ignorantes. Pero el especialista no puede ser subsumido bajo ninguna de esas categorías. No es un sabio, porque ignora formalmente cuanto no entra en su especialidad; pero tampoco es un ignorante porque es un “hombre de ciencia” y conoce muy bien su porciúncula del Universo. Habremos de decir que es un sabio-ignorante, cosa sobremanera grave, pues significa que es un señor que se comportará en todas las cuestiones que ignora, no como un ignorante, sino con toda la petulancia de quien en su cuestión especial es un sabio” (La Rebelión de las Masas).

La ciencias, como la filosofía, también constituyen un saber crítico, pero su potencial crítico desmaya a la hora de enfrentar sus hipótesis últimas: hay ciertos supuestos y ciertas cuestiones que no se discuten jamás desde la ciencia. En este sentido la filosofía va más allá de la ciencia, tanto en extensión como en profundidad, su crítica es más radical. La tarea específica de la filosofía consiste en trabajar racionalmente esas hipótesis y supuestos, que las ciencias han aceptado sin explorar.

El científico es un especialista y no puede traspasar los márgenes de su categoría específica sin extrapolar sus métodos a campos para los que no han sido construidos. Cuando el especialista rebasa las fronteras acotadas, hace, consciente o inconscientemente, filosofía. Tal extrapolación es legítima, pero no es científica. La racionalidad particular de las ciencias por separado, y conjuntamente, es perfectamente compatible con una irracionalidad en el planteamiento de los problemas llamados transcendentales. En este sentido, la filosofía rebasa la ciencia en extensión. Pero también la desborda en profundidad, porque no se detiene ante la crítica de los propios supuestos racionales. La filosofía conlleva necesariamente un trámite recursivo de autoconcepción, es la propia autocrítica de la razón en cada momento de la historia; no sólo intenta controlar el mundo técnicamente (el interés nomopragmático del conocimiento), sino también autocontrolar el propio funcionamiento de la razón, enfrentando las grandes directrices que orientan la vida humana en su conjunto. De ahí la pretensión, no por utópica menos irrenunciable, de alcanzar una fundamentación última, que muchas escuelas filosóficas comparten (racionalismo, fenomenología, hermenéutica, etc.). Esta exigencia, de fundamentación en profundidad y de sistematización en extensión, se ha convertido en nuestra época, la época de la ciencia, en una tarea poco menos que imposible. No obstante, sique manifestándose aún hoy, en el intento permanente de justificar y fundamentar las ciencias materialmente, desde el propio interior del conocimiento científico especializado.


]]>