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Toni, el vampiro.

TONI, EL VAMPIRO

Había una vez, un vampiro que se llamaba Toni. Toni, iba a la escuela, pero un día, se dio cuenta de que estaba despeinado. Entonces, se acerco al espejo, cogió un peine pero, no se podía ver.

Al cabo de un rato, fue a la escuela y entró. Y todo el mundo se reía porque  estaba muy despeinado. Entonces dijo:

-Voy a hacer un espejo para vampiros.

Pasaron muchos días y semanas de duro trabajo y experimentos, pero, al fin, Toni lo consiguió, lo hizo. Inventó el primer espejo para vampiros. Se hizo inmensamente rico con su invento.

Más tarde, vino una bruja al colegio llamada Melisa y, por todo lo que había hecho y por como era Toni, se enamoró y se caso con él.

Tuvieron una niña y un niño, una bruja y un  vampiro. La chica se llamaba Gimena y el niño Antonio.

Antonio se hizo inventor como su padre Toni. En estos momentos investiga para conseguir una crema solar especial para vampiros que les proteja de la radiación solar.

Otro invento que tiene pensado el joven vampiro, es descubrir un ajo que no les siente mal a los vampiros. Y es que ya sabéis, que a los vampiros, las tostadas con aceite y ajo no les sientan nada bien.

PAMELA LAMERIHNAS

Diario de Rada. Artículos de opinión.

Los magníficos artículos de opinión de Andrés, Javier y Kike.

Diario de Rada. Vol. 1

Diario Rada.

Estilo directo e indirecto.

Expresión escrita: estilo directo e indirecto (Anaya).

Estilo directo y estilo indirecto (Editorial Teide).

El diálogo: estilo directo e indirecto (un pdf alojado en educarex.es).

CMap sobre el diálogo.

Titiriletras. Tu taller de escritura.

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Nuestros textos.

Texto instructivo de J. E. Cola Cao calentito.

El barco fantasma, de Javier Esparza.

EL BARCO FANTASMA

 Cuenta una leyenda que, en los mares lejanos, en los días de tormenta, aparece un barco fantasma. Todo el  que se suba a él vivirá algo terrible porque en ese barco vive una tripulación de fantasmas.

Hace unos siglos, encontraron un tesoro al que se le podía pedir deseos. Los piratas, pidieron dos deseos. Y, cuando iban a pedir el tercer deseo, el barco chocó con una roca gigantesca y el barco se hundió. Eso cuenta la leyenda, que si pasas los obstáculos se te concederá el tercer deseo.

Un niño, llamado Javier, consiguió pasar todos los obstáculos y pidió el tercer deseo. Él deseó tener muchos amigos, como Antonio, Dani, Kike, Miguel, Andrés, Lidia, Andrea, Sally y Elena.

Y todos los tesoros del barco fueron compartidos por Javier y sus amigos.

Javier Esparza

El castillo, de Andrés Irisarri.

EL CASTILLO

Hace mucho tiempo, en un país muy muy lejano, había un castillo en el que vivía un dragón.

El dragón, que era grande, ágil y muy fuerte, rompió la pared y se escapó del castillo.

El rey Unax ordenó a sus soldados apresar al dragón. Solo quedó uno, Mario, el más fuerte. El dragón derrotó a todos menos a dos. Esos dos, le contaron al rey Unax que, el dragón se había marchado a un pequeño pueblo de Navarra llamado Rada.

Entonces, el rey Unax, que estaba muy enfadado, envió a Mario junto a los dos soldados y se fueron para Rada raúdos y veloces.

El dragón derrotó a los dos soldados con facilidad. Mario luchó contra el dragón. Mario clavó su espada en el corazón del dragón y lo envió “a criar malvas” o, lo que es lo mismo, lo mató.

Eso cuenta la leyenda, pero yo no creo en dragones. ¿Y vosotros?

Andrés Irisarri

Binomios fantásticos.

Estamos esperando el resto de binomios fantásticos.

Para empezar, tenemos El árbol presumido, escrito por  Elena. Incluye hasta moraleja. ¿Quién averigua cuáles son las dos palabras elegidas por Elena?

El árbol presumido

Había una vez, un árbol que siempre le gustaba presumir de lo verde que era porque era más verde que los demás.

Un día, acertó a pasar un dragón por ahí. Al ver que el árbol presumía demasiado de ser más verde que los demás, decidió hacer una cosa…

Volvió al día siguiente con un cubo de agua, echó fuego por las hojas del árbol y, luego, con el agua, lo apagó. Todos los árboles, boquiabiertos, se fijaron que el árbol ya no era tan verde y era todo negro. Así que empezaron a reírse, pero, el árbol, como era muy presumido, empezó a decir que era más negro que los demás.

Y es que los presumidos siempre serán presumidos, aunque lo que tengan no sirva para nada.

Elena Chivite

Aprovechad el puente y mecanografiad vuestros binomios fantásticos y así poder  mostrarlos en la blogosfera.

LA ALMOHADA Y LAS ESCALERAS.

Una noche de verano, Nahia e Irati, se despertaron para beber agua. Iban despacio, para no despertar a su papá y mamá.

De repente, oyeron un ruido cuando bajaban las escaleras y vieron en el hueco de la escalera un perrito asustado. Se acercaron a él y el perrito empezó a jugar con ellas .Las niñas se quedaron un ratito jugando con él.

Cuando se cansaron, Nahia subió las escaleras y cogió su almohada y se la puso al perrito para que estuviera más cómodo y no hiciera ruido. Las niñas se fueron a la cama y se quedaron dormidas.

Más tarde, el perrito subió las escaleras y fue a parar donde estaban ellas con la almohada en la boca.

A la mañana siguiente, sus padres fueron a despertarlas y vieron al perrito durmiendo con la almohada que le habían dado.

Las niñas se encariñaron con el perrito, lo llamaron Javier y se lo quedaron para siempre.

Lidia Rodríguez

 

El reloj y la clase

Érase una vez, un reloj que era grande y muy feo. No tenía a nadie que le quisiera hasta que, un día, se dio cuenta el profesor Antonio de que el reloj estaba llorando y le preguntó:

– ¿Qué te pasa Relojito?

-Pues nada, que no tengo a nadie que me quiera y estoy muy triste-contestó el reloj.

-Tranquilo Relojito, que para mañana no vas a estar triste-le respondió el maestro.

-¿Por qué no voy a estar triste?- le preguntaba.

Y Antonio le dijo:

-¡¡¡ Sorpresa!!!

Al día siguiente, nuestro amigo relojito se levantó y exclamó:

¡Ay qué guapa!

Se levantó y había una reloj chica. Estuvo esperando hasta las nueve de la mañana, la hora a la que llega el maestro a la escuela. Al verle, el relojito le dijo:

-Muchísimas gracias. Ahora no estoy triste porque me parece muy buena persona y muy guapa.

Y al final se enamoraron y tuvieron a dos relojitos llamados Enrique y Daniel.

Daniel Monsegur

 

El niño más listo que el profesor

 Érase una  vez, un profesor llamado Antonio y un niño llamado Daniel.

Daniel le echó una partida de ajedrez a Antonio. Antonio ganó por suerte.

Daniel exigía la revancha y Antonio le dio la revancha. Esta vez ganó Daniel y, resultó que Daniel jugaba mejor que Antonio.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN

                    Enrique Enciso, el Breve.

El chico dormilón, de Andrea L.

El chico dormilón

Érase una vez, un chico llamado Óscar que estaba paseando por el bosque. En el bosque se encontró a un niño que estaba llorando y Oscar se acercó para ver qué le pasaba.

-¿Qué te pasa?- preguntó Óscar.

– Pues que soy nuevo y no tengo amigos- contestó el niño.

Oscar le preguntó:

-¿Quieres ser mi amigo?

-Pues vale- contestó el chico.

-¿Qué llevas en la bolsa?

-Llevo buñuelos, ¿quieres?

-Vale- dijo Óscar. Y, en el momento en el que Óscar probó el buñuelo, se cayó al suelo y el niño malo se fue corriendo.

Pasado  un rato, vino una chica muy fuerte y muy alta llamada María.

Se acercó a Óscar lentamente y le dio un beso en la frente.

De repente, Óscar se despertó. Lo primero que sus ojos contemplaron fue a María. Fue, lo que se dice, un flechazo.

Óscar se enamoró de María y María de Óscar.

Al final, se casaron y fueron muy felices.

Fin

Andrea Lozano

A mí, me recuerda a algún otro cuento. Pero… hay algo que cambia. Bueno, muchas cosas cambian, pero una característica de los personajes es llamativa en esta gran historia que nos relata Andrea.

¿Quién es capaz de descubrir ese gran cambio en los personajes?

Por último, una imagen de la autora y sus amigas y amigos hace unos años. ¿Alguien se reconoce?