El mito de la felicidad

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Uno de los mitos más potentes en las sociedades políticas de las democracias de mercado homologadas del presente.

Pincha en el icono y accederás a los “expertos” de la felicidad.

Pincha en la imagen para leer las ideologías envolventes del mito de la felicidad.

“Don´t Worry, Be Happy”

La felicidad, la economía y la práctica empresarial

Felizólogos disertando sobre “La importancia de la sonrisa”.

Pero denuncian que la felicidad de Danone se edifica sobre la infelicidad de los veganos.

La “ciencia” de la felicidad

¿Puede existir una ecuación que permita calcular con exactitud matemática el índice de felicidad alcanzable por una persona en un momento dado? ¿Puede establecerse una predicción de futuro (científicamente mensurable mediante el uso de dicha ecuación) de la felicidad que una persona podrá tener en un determinado momento?

Quien esté leyendo estas líneas lo más probable es que se muestre muy sorprendido por el planteamiento mismo de ambas preguntas: ¿Cómo es posible que a alguien se le pueda ocurrir dos preguntas aparentemente tan absurdas –o al menos extrañas- como éstas? Podrá cuestionarse el lector. Pero… estos dos, y muchos otros, son los interrogantes que nos plantea el nuevo libro de Eduardo Punset, titulado: El viaje a la felicidad. Las nuevas claves científicas, de indudable éxito comercial.

En el último capítulo, titulado: La fórmula de la felicidad, Punset nos da su ecuación para poder calcular el grado de felicidad de un ser humano en un momento dado. Aunque podríamos precisar más y decir: “de un sistema biológico”, puesto que el autor sostiene que los animales también pueden ser felices, incluidos los unicelulares, como las amebas, por ejemplo.

La fórmula en cuestión es: Fórmula felicidad

Donde F es la felicidad; E las emociones implicadas en nuestras acciones; M los recursos y el coste energético del mantenimiento de nuestro organismo; B es la búsqueda de nuevos horizontes (intelectuales, emocionales, profesionales, etc.); P es el parámetro que define las relaciones interpersonales. R sería el símbolo que representaría a los factores externos reductivos de la felicidad, como por ejemplo: no desaprender los conocimientos y las experiencias innecesarias, nefastas o lesivas, el adoctrinamiento grupal (en el que Punset incluye a las religiones), los procesos de aprendizaje automatizados que dejan sin iniciativa al sujeto, y un predominio injustificado del miedo emocional por encima de las exigencias del estado de alerta necesario para la supervivencia. Finalmente, C sería el representante de los factores internos que llevan a la disminución de la felicidad, tales como: las mutaciones genéticas lesivas que producen enfermedades congénitas, el desgaste celular y el envejecimiento que conducen a la muerte, el estrés imaginado y, curiosamente, el ejercicio abyecto del poder.  Como simple curiosidad decir que se echa en falta en la ecuación las unidades de medición.

Según el autor, esta ecuación es tan importante que: “dentro de unos años, el sistema educativo enseñará a los niños que el primer paso en la búsqueda del bienestar radica en aligerar el denominador integrado por los factores reductivos y la carga heredada”. Quien no sea feliz, será porque no quiere.

En fin, no se trata más que de retórica cientifista; lo malo, aunque bueno para esta “literatura”, es que la gente no repara en nada y lo toma como literatura “científica”.

Estas referencias nos servirán para ser analizadas dentro de las coordenadas de las éticas materiales, formales y del materialismo formalista.

También trabajaremos la propia Idea de Felicidad a diversas escalas de análisis filosófico.

Lee aquí un artículo sobre la felicidad.

Dos obras de lectura imprescindible para prevenirnos contra las ideologías felicitarias:

Una obra literaria, “Un mundo feliz”, del escritor británico Aldous Huxley

Una obra filosófica, “El mito de la felicidad”, del filósofo español Gustavo Bueno

http://www.youtube.com/watch?v=o63eoovJTjs

¿Verdad o felicidad?

Y para contrastar la perspectiva metafísica de la felicidad,  lee aquí una muestra dialéctica, es decir, la infelicidad.

Miguel Ángel: “Mi alegría es la melancolía.”

Víctor Hugo: “La melancolía es el placer de estar triste.”

Goethe: “Nada más insoportable que varios días seguidos de felicidad.”

“La felicidad es de plebeyos.”

Baudelaire: “Dice usted que es un hombre feliz. Lo compadezco, señor, por ser tan fácilmente feliz. ¡Ya tiene que haber caído bajo un hombre para creerse feliz! Estimo más, mi distinguido amigo, mi mal humor que su beatitud. El hombre feliz ha perdido la tensión de su alma. Ha caído irremisiblemente. La felicidad no puede ser otra cosa que inmoral, amigo mío.”

Bernard Shaw: “Nada hay más fastidioso que una serie de días felices, no se los deseo ni a mi peor enemigo.”

Schopenhauer: “Cuando hemos reconocido de una vez por todas nuestros fallos y deficiencias lo mismo que nuestras características buenas y capacidades, y hemos puesto nuestras metas de acuerdo con ellas, conformándonos con el hecho de que ciertas cosas son inalcanzables, entonces evitamos de la manera más segura y en la medida en que nuestra individualidad lo permite el sufrimiento más amargo, que es el descontento con nosotros mismos como consecuencia inevitable del desconocimiento de la propia individualidad, de la falsa presunción y la arrogancia que resulta de ella.” (“El arte de ser feliz“).

Gustavo Bueno: «Pero el ánimo de satisfacción, disfrute, goce, deleite, relajamiento o placer, aunque supusieran que han de acompañar en general a todos los valores del predicado felicidad, no se confundirán con el placer, en el sentido de los “placeres sensibles”. No hay por qué reducir el «ánimo de satisfacción» al plano de los placeres sensibles, porque en la confor­mación de un tal ánimo habrán tenido que intervenir factores de todo orden, no sólo sensibles sino intelectuales. Queremos decir, por tanto, que es gratuito considerar el placer sensible como contenido capaz de acompañar a todos los valores de la felicidad: también los «dolores sen­sibles» pueden ser contenidos comunes de los valores de la felicidad.

La reducción de un valor de felicidad a su “disfrute” o “goce” no es sino psicologismo grosero, porque el valor de felicidad consis­te, en general, en algo específico que suele estar situado en un espacio «más allá» del acto de disfrutar o gozar. No se trata de afirmar que los valores de la felicidad hayan de existir al margen de los sujetos que los aprecian; sin duda todos los valores de felicidad han de ser antrópicos. Pero esto no quiere decir que puedan reducirse al momento de su disfrute o goce» (“El mito de la felicidad“).

Pincha en la imagen

Slavoj Žižek y la tiranía del goce

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Marx: materialismo adversus idealismo

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ACTIVIDAD VOLUNTARIA: Pincha en la imagen y, luego, desde las coordenadas filosóficas de Marx, se trata de introducir un comentario a esta entrada de cómo cabría juzgar la pertinencia del sintagma “patrimonio inmaterial” establecido por la UNESCO.

¿Es posible que pueda haber “patrimonio” sin bienes físicos? ¿Es posible que una construcción inmobiliaria pueda ser inmaterial?

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Reduccionismos cientificistas (II)

<![CDATA[Ahora desde la Etología. Los chimpancés tienen “policías”:

Y también organizan “huelgas”:

Pincha aquí.

¿Llegaremos a conocer sindicatos de primates?

“Carne por sexo, el trueque perfecto entre los chimpancés”

“Aunque hay diferencias entre los monos y los humanos, los investigadores están seguros de que con estos estudios científicos se podrá conocer el comportamiento de las relaciones entre hombres y mujeres.”

También saben leer:

Arquitectura, ingeniería y tecnología primates:

Tienen también “sentido de la justicia” (pincha en la imagen):

 

 

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200 años de la Nación Política Española: 19 de marzo de 1812-2012

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Artículo 1. La Nación española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios.
Artículo 2. La Nación es libre e independiente, y no es ni puede ser patrimonio de ninguna familia ni persona.
Artículo 3. La soberanía reside esencialmente en la Nación, y por lo mismo pertenece a ésta exclusivamente el derecho de establecer sus leyes fundamentales.
Artículo 5. Son españoles todos los hombres libres nacidos y avecindados en los dominios de las Españas y los hijos de éstos.
Artículo 172. No puede el Rey enajenar, ceder o permutar provincia, ciudad, villa o lugar, ni parte alguna, por pequeña que sea, del territorio español.

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Reduccionismos cientificistas (I)

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En este caso, una muestra de biologismo, al tratar de aplicar los conceptos categoriales de la genética a campos que no son biológicos. Es decir, científicos que pretenden concebir las “ciencias” políticas como una rama de la biología. Tal vez hasta descubran el gen de la poesía o el de la música.

Haciendo un paralelismo, es como pretender deducir la actividad de conducir un automóvil (cuya escala operatoria supone el volante, dirección, frenos, iluminación…) de la escala de las reacciones químicas entre los gases del motor, o de las interacciones mecánicas de la tracción (que presuponen escalas operatorias propias de los técnicos especialistas del taller, que son quienes revisan o reparan una avería). La conducción regular del automóvil involucra las reacciones químicas del motor y las conexiones mecánicas, pero estas reacciones químicas o aquellas conexiones no involucran a la conducción, que en modo alguno se deduce de aquellas.

Existe también otra modalidad reduccionista, conectada con la anterior, una especie de neuro-centrismo reduccionista o “neuromanía” empeñada en buscar explicaciones y causas de comportamientos simples y complejos, “normales” y “patológicos” en circuitos o zonas cerebrales o incluso en tipos de células concretas. Ya no somos las personas en nuestro contexto las que nos enamoramos, las que confiamos o desconfiamos o las que demostramos empatía, ahora son la amígdala, el córtex prefrontal o las neuronas espejo las que lo hacen y las responsables directas y últimas de ello.

Claro que cuando desconfiamos de alguien o miramos algo con atención, o escuchamos con empatía el relato de alguien se activan unas zonas del cerebro y no otras, cualquier comportamiento tiene un correlato fisiológico. Pero hay que hacer una complicada pirueta conceptual para, a partir de estas imágenes del cerebro en acción, situar en partes concretas del cerebro comportamientos complejos, despojándolos así de la importancia que la interacción que muchas variables contextuales, personales y de aprendizaje tienen sobre ellos.

Esta  tendencia de explicar los asuntos humanos como cosa de las neuronas se encuentra en libros publicados por eminentes neurocientíficos (Damasio; Gazzaniga), en libros de divulgación, donde la divulgación neurocientífica ya es un género literario (Punset; Morgado), en libros de autoayuda acerca de cómo desarrollar el cerebro y sacar partido de “tus” neuronas y, en fin, en toda esa proliferación de neuro-X, donde X es cualquier disciplina de las ciencias sociales y de las humanidades (educación, ética, economía, filosofía, etc.), así como cualquier tema que se tercie (amor, elección de pareja, marketing, altruismo, egoísmo, sin que falte la felicidad, etc.). Y así, esta tendencia parece estar suplantando a las propias ciencias sociales y las humanidades, según proliferan neuro-disciplinas de todo tipo: neuro-economía, neuro-ética, neuro-estética, neuro-teología, neuro-política, neuro-marketing, neuro-educación, neuro-cultura, etc.

Otro ejemplo en esta noticia de prensa que contiene un vídeo con ese efectismo y magnetismo acríticos de las neuroimágenes. Respecto a la profesora Natalia López Moratalla ¿sus declaraciones corresponden a una catedrática de Bioquímica y de Biología molecular o a una catedrática de Psicología? ¿Cómo distinguir el campo categorial de la Bioquímica o Biología molecular del campo categorial de la Psicología? ¿Acaso ambos campos categoriales y sus ámbitos fenoménicos se explican desde los mismos principios?

Y qué puede significar el siguiente párrafo: “Para esta experta, “la fuerza y el poder natural de los sentimientos de los adolescentes hacen que necesiten usar con más intensidad la corteza cingular anterior, que actúa como una alarma que se dispara si faltara equilibrio entre razón y emoción”. “Esta región y también el lóbulo frontal están aún madurando en esta etapa. Pero si los adolescentes tienen una fuerte motivación, son muy capaces de creatividad y autocontrol”, agrega.” ¿Será la corteza cingular la responsable del comportamiento equilibrado de una persona, de modo que hemos llegado a la solución de lo que ha sido un problema sistematizado durante siglos por las mentes más agudas de la historia de las humanidades, filosofía, psicología, etc., es decir, la relación entre la razón y las pasiones o lo irracional? ¿Y de dónde procede la “fuerte motivación”, la fuerza de voluntad, el esfuerzo y la auto-regulación consciente  que determinarían la capacidad de “creatividad y autocontrol”, cuestión que no nos aclaran? ¿Añaden algo las declaraciones de la catedrática que no se supiera ya desde hace mucho tiempo, además, tratados de modo mucho más sistemático y complejo, o que el propio “sentido común” concibe, aparte de algunas neuroimágenes que simplemente acompañan una declaraciones preñadas de lo que no serían más que tópicos o lugares comunes, y, por cierto, de muy escasa cientificidad (como si, por ejemplo, la melancolía no hubiera sido musa de parte de la literatura, la pintura, la música más excelsa; y, por el contrario, muchas personas cuando se sienten felices se incomodan al ver que su vida está “apalancada”, sin hacer algo interesante)?

La frenología del siglo XXI (Pincha en la imagen para leer la noticia)

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Cerebrolatría

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Pincha en la imagen y lee la noticia sobre una neurocientífica haciendo juicios como los siguientes: “El cerebro vive en un estado de perpetuo engaño”… “Lo difícil es no engañar al cerebro”… “Los  seres humanos no ven el mundo como es sino como quieren que sea”…, etc.

Podríamos decir que la Neurofisiología redefine la Idea clásica del cogito cartesiano en términos del Cerebro. Es el Cerebro el que reemplaza al alma transeúnte en los cuerpos de los chamanes, el cogito cartesiano, la apercepción trascendental…, para concluir a la manera de Wittgenstein y parafraseándole: “los límites de nuestro mundo son los límites del cerebro”; es decir, que “nosotros somos nuestro cerebro”.

La neurocientífica de la noticia de prensa ejerce esta idea. Pero nos podemos preguntar: si el cerebro nos engaña ¿cómo puede saberlo la propia neurocientífica? ¿Por qué no la engaña su propio cerebro cuando afirma que la engaña? Podemos aplicarle, parafraseándola, la “paradoja del mentiroso” de Epiménides. El círculo es bien claro: “Si mi cerebro me engaña, entonces no me engaña, porque afirmo que me engaña; y si no me engaña, entonces me engaña, según estoy afirmándolo aquí y ahora”.

Acabáis de terminar el trabajo de lectura sobre una obra que analizaba la ideología imperante en el ámbito de las neurociencias y algunas filosofías y psicologías, según la cual (en desafortunadísima expresión del premio Nobel Francis Crick), todas nuestras experiencias y conductas no son más que el comportamiento de un vasto conjunto de células nerviosas y moléculas asociadas. Todo esto envuelto en la espectacularidad tecnológica de las neurociencias y sus arrogantes cantos de sirena. Con la lectura que habéis realizado se trataba de tomar la distancia necesaria (recordad, la distancia que caracteriza a la Filosofía) para poder analizar teórica y críticamente esas posiciones, desvelando la pobreza conceptual que se encuentra en la trastienda de esta ideología apoyada en la ciencia. Buena parte de las neurociencias ha terminado defendiendo un reduccionismo cerebrocentrista según el cual todas las actividades humanas cuya explicación se resiste a un mecanicismo fisicalista encuentran al fin explicación barriendo el problema bajo la atribución de tal actividad a un cerebro homunculizado. ¿Por qué tal persona tomó tal decisión? Porque su cerebro tomó tal decisión. ¿Por qué la persona ve la vida de tal manera? Porque su cerebro percibe así los estímulos. ¿Por qué tal persona tiene tales sentimientos? Porque tiene activa tal parte del cerebro encargada de ellos. Ellos dicen que es ciencia, pero no es más que mala filosofía, ideología individualista y hallazgos tecnológicos sacados de quicio. Concluyendo, comprobamos una vez más que no hay escape de la filosofía, la cuestión es solamente si es buena o mala.

Como actividad complementaria al trabajo de lectura, y ahora que habéis adquirido ciertas coordenadas teóricas sobre el asunto, se os propone un TRABAJO VOLUNTARIO: este consiste en participar en esta entrada del blog, ofreciendo una opinión razonada sobre el tema. Sólo se valorará positivamente el trabajo si el comentario revela que se ha entendido la posición de la neurocientífica y el contenido de la lectura del libro trabajado, de forma que, se mantenga la posición que se mantenga, se ofrezcan las tesis rivales antes de decantarse por alguna de ellas. Podéis utilizar información complementaria que hayáis obtenido de alguna otra fuente.

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Kant: Física y Metafísica

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Como hemos estudiado, Kant nos dice que sólo podemos considerar válidos cognitivamente (esto es, científicamente) los “juicios sintéticos a priori”, que son aquellos que sintetizan un elemento intuitivo de la experiencia y un concepto del entendimiento. Reconoció también que ese mecanismo de síntesis era la actividad propia de la razón humana, de modo que el “pensar” no consiste en otra cosa que en un afán de sintetizar informaciones heterogéneas para darles cierta coherencia o unidad. En este sentido criticó las Ideas metafísicas como meros productos de la Razón en su afán por sintetizar todo el conjunto de los fenómenos externos o espaciales (Mundo).

Después de Kant el “pensamiento crítico” es aquel que pone “límites” a ese afán inmoderado de la razón de hacer síntesis extravagantes entre informaciones heterogéneas.

Esta noticia nos ofrece una muestra de cómo el teoreticismo marca el paso de los “últimos avances” en el campo de la física teórica (teoría del big bang, teoría de cuerdas y supercuerdas….), confundiendo hacer ciencia con inventar teorías, lo que ha dado lugar a una suerte de metafísica científica de signo casi presocrático por su carácter mítico. Si, por ejemplo, a partir de la Segunda Guerra Mundial, la física del estado sólido ha experimentado un notable progreso ligada a múltiples aparatos y productos, la física de partículas se ha estancado (y no por falta de financiación: como vemos en esta noticia, el bosón de Higgs, que espera detectarse en el LHC del CERN, cada vez se asemeja más al éter por su “sutilidad”). Ahora bien, ¿siguen siendo física estas teorías punteras sin soporte experimental? ¿O sólo son matemáticas?

Recordaremos lo que Kant enuncia: “Pensamientos sin contenido [intuiciones] son vacíos; intuiciones sin conceptos son ciegas.”

La materia que nos presenta la física cuando nos ofrece los resultados de sus investigaciones sobre partículas subatómicas, en los aceleradores de partículas, es muy extraña: se manifiesta con partículas que se desvanecen casi instantáneamente, vistas a través de rastros en un placa fotográfica. Una inestabilidad esencial que propicia la imagen de un perpetuo fluir, más que la de una realidad estable, corpórea. Masa y energía son intercambiables. Dependiendo del diseño del experimento, la materia a este nivel subatómico se nos manifiesta de modo ambivalente, como onda, o como corpúsculo, pero nunca de las dos maneras a la vez, lo cual llevo al principio de indeterminación de Heisenberg, abriendo el campo a todo tipo de especulaciones teológicas. Se habla de partículas sin masa, o de realidades unidimensionales como las “supercuerdas”, o de “antimateria”, para referir el comportamiento anómalo de determinados elementos.

La materia se manifiesta en el estudio del cosmos de un modo también extraño. El universo se presenta como una realidad originada en una singularidad que responde al nombre de “nada” más que cualquier otra cosa, y entre los postulados propuestos para la defensa de la teoría del estado estacionario del cosmos, está el de la creación continua de la materia de Hoyle. Creación “de la nada” (bien es verdad, que en cantidades muy pequeñas…) La materia parece infinitamente divisible, y su indagación nos aleja cada vez más de cualquier tipo de determinismo, y más aun de cualquier visión del mundo “como un todo”.

Y una ingenuidad latente, persistente y positivista puesta a funcionar desde diversas teorías cientificistas (o fundamentalismo cientifista) suele empujarnos a sufrir la impresión de que con la física de partículas o con las teorías cosmológicas, por ejemplo, vamos a obtener la “historia” de lo real o a acceder al “ladrillo” constitutivo último de la realidad. Sin embargo, lo que se consigue es obtener nuevos planos de una realidad que se nos muestra inagotable y dinámica.

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Género, sexo y la RAE

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Pincha sobre las imágenes para saber más

TRABAJO VOLUNTARIO. Lee esta noticia; luego, leerás el informe al que se refiere y contestarás a las siguientes cuestiones que se enuncian según los apartados en los que está dividido dicho informe:

Apartado 2. ¿Qué reproches realiza el académico a las guías?

Apartado 3. Cita brevemente las cuatro premisas verdaderas y, a continuación, la conclusión incorrecta. Averigua en internet el término con el que se denomina a la actividad de extraer conclusiones a partir de premisas.

Apartados 4 y 5. Qué opina el autor del informe sobre la “discriminación positiva”. ¿Qué cabe entender por “despotismo ético” en relación con el contenido de estos apartados? Extrae algún ejemplo.

Apartados 6, 7 y 8. ¿Qué dice el autor que sucedería de aplicar todas las directrices al pie de la letra?

Apartado 9. ¿Qué juicio le merece el uso de la arroba?

Apartado 10. Qué nos dice el autor sobre la relación entre la evolución de la lengua y la de la sociedad que hace uso de ella.

Apartado 11. ¿Qué es lo verdaderamente inquietante para el autor del informe?

Para profundizar en la cuestión pincha aquí.

Pincha aquí y lee las manifestaciones de más académicos (en este caso, desde la Filosofía) sobre la cuestión de la “visibilización” de la mujer.

Las académicas también se pronuncian sobre el tema.

Reflexión personal: ¿Qué juicio te merecen tanto las ideas del autor del artículo como las de los demás académicos? Razona tu respuesta, señalando los pros y los contras, y la conclusión a la que llegas. ¿Qué opinas de las imágenes de más arriba, en las que aparecen posando mujeres dedicadas a la política (ministras y ex-ministras)?

En la próxima clase trabajaremos académicamente una idea que también es utilizada de forma indocta, acrítica, confusa, oscura y, sobre todo, metafísica: la Idea de Igualdad. 

¿Qué cabe interpretar sobre el contenido de esta viñeta de Quino?

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Racionalidad a escala antropológica

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Esta noticia es interesante para apreciar que la clásica definición de Aristóteles del ser humano como “animal racional” queda periclitada (como la Etología lo ha demostrado, y como muestra esta misma noticia), y que las diferencias entre los humanos y los simios no son tanto culturales subjetivas como objetivas, tal como lo hemos analizado en clase.

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¿Cuál es el significado de esta viñeta?

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‎”Me acercaré a cobrar el cheque de asistencia social. Luego me pasaré por la universidad a ver cómo va lo de mi beca, y, mientras, tú vas a la clínica gratuita a que te miren lo de la sarna y a recoger mis nuevas gafas, y ya nos vemos junto al edificio gubernamental a mediodía para unirnos a los piquetes de protesta contra este asqueroso sistema”.

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