Reduccionismos cientificistas (II)

<![CDATA[Ahora desde la Etología. Los chimpancés tienen “policías”:

Y también organizan “huelgas”:

Pincha aquí.

¿Llegaremos a conocer sindicatos de primates?

“Carne por sexo, el trueque perfecto entre los chimpancés”

“Aunque hay diferencias entre los monos y los humanos, los investigadores están seguros de que con estos estudios científicos se podrá conocer el comportamiento de las relaciones entre hombres y mujeres.”

También saben leer:

Arquitectura, ingeniería y tecnología primates:

Tienen también “sentido de la justicia” (pincha en la imagen):

 

 

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200 años de la Nación Política Española: 19 de marzo de 1812-2012

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Artículo 1. La Nación española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios.
Artículo 2. La Nación es libre e independiente, y no es ni puede ser patrimonio de ninguna familia ni persona.
Artículo 3. La soberanía reside esencialmente en la Nación, y por lo mismo pertenece a ésta exclusivamente el derecho de establecer sus leyes fundamentales.
Artículo 5. Son españoles todos los hombres libres nacidos y avecindados en los dominios de las Españas y los hijos de éstos.
Artículo 172. No puede el Rey enajenar, ceder o permutar provincia, ciudad, villa o lugar, ni parte alguna, por pequeña que sea, del territorio español.

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Reduccionismos cientificistas (I)

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En este caso, una muestra de biologismo, al tratar de aplicar los conceptos categoriales de la genética a campos que no son biológicos. Es decir, científicos que pretenden concebir las “ciencias” políticas como una rama de la biología. Tal vez hasta descubran el gen de la poesía o el de la música.

Haciendo un paralelismo, es como pretender deducir la actividad de conducir un automóvil (cuya escala operatoria supone el volante, dirección, frenos, iluminación…) de la escala de las reacciones químicas entre los gases del motor, o de las interacciones mecánicas de la tracción (que presuponen escalas operatorias propias de los técnicos especialistas del taller, que son quienes revisan o reparan una avería). La conducción regular del automóvil involucra las reacciones químicas del motor y las conexiones mecánicas, pero estas reacciones químicas o aquellas conexiones no involucran a la conducción, que en modo alguno se deduce de aquellas.

Existe también otra modalidad reduccionista, conectada con la anterior, una especie de neuro-centrismo reduccionista o “neuromanía” empeñada en buscar explicaciones y causas de comportamientos simples y complejos, “normales” y “patológicos” en circuitos o zonas cerebrales o incluso en tipos de células concretas. Ya no somos las personas en nuestro contexto las que nos enamoramos, las que confiamos o desconfiamos o las que demostramos empatía, ahora son la amígdala, el córtex prefrontal o las neuronas espejo las que lo hacen y las responsables directas y últimas de ello.

Claro que cuando desconfiamos de alguien o miramos algo con atención, o escuchamos con empatía el relato de alguien se activan unas zonas del cerebro y no otras, cualquier comportamiento tiene un correlato fisiológico. Pero hay que hacer una complicada pirueta conceptual para, a partir de estas imágenes del cerebro en acción, situar en partes concretas del cerebro comportamientos complejos, despojándolos así de la importancia que la interacción que muchas variables contextuales, personales y de aprendizaje tienen sobre ellos.

Esta  tendencia de explicar los asuntos humanos como cosa de las neuronas se encuentra en libros publicados por eminentes neurocientíficos (Damasio; Gazzaniga), en libros de divulgación, donde la divulgación neurocientífica ya es un género literario (Punset; Morgado), en libros de autoayuda acerca de cómo desarrollar el cerebro y sacar partido de “tus” neuronas y, en fin, en toda esa proliferación de neuro-X, donde X es cualquier disciplina de las ciencias sociales y de las humanidades (educación, ética, economía, filosofía, etc.), así como cualquier tema que se tercie (amor, elección de pareja, marketing, altruismo, egoísmo, sin que falte la felicidad, etc.). Y así, esta tendencia parece estar suplantando a las propias ciencias sociales y las humanidades, según proliferan neuro-disciplinas de todo tipo: neuro-economía, neuro-ética, neuro-estética, neuro-teología, neuro-política, neuro-marketing, neuro-educación, neuro-cultura, etc.

Otro ejemplo en esta noticia de prensa que contiene un vídeo con ese efectismo y magnetismo acríticos de las neuroimágenes. Respecto a la profesora Natalia López Moratalla ¿sus declaraciones corresponden a una catedrática de Bioquímica y de Biología molecular o a una catedrática de Psicología? ¿Cómo distinguir el campo categorial de la Bioquímica o Biología molecular del campo categorial de la Psicología? ¿Acaso ambos campos categoriales y sus ámbitos fenoménicos se explican desde los mismos principios?

Y qué puede significar el siguiente párrafo: “Para esta experta, “la fuerza y el poder natural de los sentimientos de los adolescentes hacen que necesiten usar con más intensidad la corteza cingular anterior, que actúa como una alarma que se dispara si faltara equilibrio entre razón y emoción”. “Esta región y también el lóbulo frontal están aún madurando en esta etapa. Pero si los adolescentes tienen una fuerte motivación, son muy capaces de creatividad y autocontrol”, agrega.” ¿Será la corteza cingular la responsable del comportamiento equilibrado de una persona, de modo que hemos llegado a la solución de lo que ha sido un problema sistematizado durante siglos por las mentes más agudas de la historia de las humanidades, filosofía, psicología, etc., es decir, la relación entre la razón y las pasiones o lo irracional? ¿Y de dónde procede la “fuerte motivación”, la fuerza de voluntad, el esfuerzo y la auto-regulación consciente  que determinarían la capacidad de “creatividad y autocontrol”, cuestión que no nos aclaran? ¿Añaden algo las declaraciones de la catedrática que no se supiera ya desde hace mucho tiempo, además, tratados de modo mucho más sistemático y complejo, o que el propio “sentido común” concibe, aparte de algunas neuroimágenes que simplemente acompañan una declaraciones preñadas de lo que no serían más que tópicos o lugares comunes, y, por cierto, de muy escasa cientificidad (como si, por ejemplo, la melancolía no hubiera sido musa de parte de la literatura, la pintura, la música más excelsa; y, por el contrario, muchas personas cuando se sienten felices se incomodan al ver que su vida está “apalancada”, sin hacer algo interesante)?

La frenología del siglo XXI (Pincha en la imagen para leer la noticia)

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Cerebrolatría

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Pincha en la imagen y lee la noticia sobre una neurocientífica haciendo juicios como los siguientes: “El cerebro vive en un estado de perpetuo engaño”… “Lo difícil es no engañar al cerebro”… “Los  seres humanos no ven el mundo como es sino como quieren que sea”…, etc.

Podríamos decir que la Neurofisiología redefine la Idea clásica del cogito cartesiano en términos del Cerebro. Es el Cerebro el que reemplaza al alma transeúnte en los cuerpos de los chamanes, el cogito cartesiano, la apercepción trascendental…, para concluir a la manera de Wittgenstein y parafraseándole: “los límites de nuestro mundo son los límites del cerebro”; es decir, que “nosotros somos nuestro cerebro”.

La neurocientífica de la noticia de prensa ejerce esta idea. Pero nos podemos preguntar: si el cerebro nos engaña ¿cómo puede saberlo la propia neurocientífica? ¿Por qué no la engaña su propio cerebro cuando afirma que la engaña? Podemos aplicarle, parafraseándola, la “paradoja del mentiroso” de Epiménides. El círculo es bien claro: “Si mi cerebro me engaña, entonces no me engaña, porque afirmo que me engaña; y si no me engaña, entonces me engaña, según estoy afirmándolo aquí y ahora”.

Acabáis de terminar el trabajo de lectura sobre una obra que analizaba la ideología imperante en el ámbito de las neurociencias y algunas filosofías y psicologías, según la cual (en desafortunadísima expresión del premio Nobel Francis Crick), todas nuestras experiencias y conductas no son más que el comportamiento de un vasto conjunto de células nerviosas y moléculas asociadas. Todo esto envuelto en la espectacularidad tecnológica de las neurociencias y sus arrogantes cantos de sirena. Con la lectura que habéis realizado se trataba de tomar la distancia necesaria (recordad, la distancia que caracteriza a la Filosofía) para poder analizar teórica y críticamente esas posiciones, desvelando la pobreza conceptual que se encuentra en la trastienda de esta ideología apoyada en la ciencia. Buena parte de las neurociencias ha terminado defendiendo un reduccionismo cerebrocentrista según el cual todas las actividades humanas cuya explicación se resiste a un mecanicismo fisicalista encuentran al fin explicación barriendo el problema bajo la atribución de tal actividad a un cerebro homunculizado. ¿Por qué tal persona tomó tal decisión? Porque su cerebro tomó tal decisión. ¿Por qué la persona ve la vida de tal manera? Porque su cerebro percibe así los estímulos. ¿Por qué tal persona tiene tales sentimientos? Porque tiene activa tal parte del cerebro encargada de ellos. Ellos dicen que es ciencia, pero no es más que mala filosofía, ideología individualista y hallazgos tecnológicos sacados de quicio. Concluyendo, comprobamos una vez más que no hay escape de la filosofía, la cuestión es solamente si es buena o mala.

Como actividad complementaria al trabajo de lectura, y ahora que habéis adquirido ciertas coordenadas teóricas sobre el asunto, se os propone un TRABAJO VOLUNTARIO: este consiste en participar en esta entrada del blog, ofreciendo una opinión razonada sobre el tema. Sólo se valorará positivamente el trabajo si el comentario revela que se ha entendido la posición de la neurocientífica y el contenido de la lectura del libro trabajado, de forma que, se mantenga la posición que se mantenga, se ofrezcan las tesis rivales antes de decantarse por alguna de ellas. Podéis utilizar información complementaria que hayáis obtenido de alguna otra fuente.

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Kant: Física y Metafísica

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Como hemos estudiado, Kant nos dice que sólo podemos considerar válidos cognitivamente (esto es, científicamente) los “juicios sintéticos a priori”, que son aquellos que sintetizan un elemento intuitivo de la experiencia y un concepto del entendimiento. Reconoció también que ese mecanismo de síntesis era la actividad propia de la razón humana, de modo que el “pensar” no consiste en otra cosa que en un afán de sintetizar informaciones heterogéneas para darles cierta coherencia o unidad. En este sentido criticó las Ideas metafísicas como meros productos de la Razón en su afán por sintetizar todo el conjunto de los fenómenos externos o espaciales (Mundo).

Después de Kant el “pensamiento crítico” es aquel que pone “límites” a ese afán inmoderado de la razón de hacer síntesis extravagantes entre informaciones heterogéneas.

Esta noticia nos ofrece una muestra de cómo el teoreticismo marca el paso de los “últimos avances” en el campo de la física teórica (teoría del big bang, teoría de cuerdas y supercuerdas….), confundiendo hacer ciencia con inventar teorías, lo que ha dado lugar a una suerte de metafísica científica de signo casi presocrático por su carácter mítico. Si, por ejemplo, a partir de la Segunda Guerra Mundial, la física del estado sólido ha experimentado un notable progreso ligada a múltiples aparatos y productos, la física de partículas se ha estancado (y no por falta de financiación: como vemos en esta noticia, el bosón de Higgs, que espera detectarse en el LHC del CERN, cada vez se asemeja más al éter por su “sutilidad”). Ahora bien, ¿siguen siendo física estas teorías punteras sin soporte experimental? ¿O sólo son matemáticas?

Recordaremos lo que Kant enuncia: “Pensamientos sin contenido [intuiciones] son vacíos; intuiciones sin conceptos son ciegas.”

La materia que nos presenta la física cuando nos ofrece los resultados de sus investigaciones sobre partículas subatómicas, en los aceleradores de partículas, es muy extraña: se manifiesta con partículas que se desvanecen casi instantáneamente, vistas a través de rastros en un placa fotográfica. Una inestabilidad esencial que propicia la imagen de un perpetuo fluir, más que la de una realidad estable, corpórea. Masa y energía son intercambiables. Dependiendo del diseño del experimento, la materia a este nivel subatómico se nos manifiesta de modo ambivalente, como onda, o como corpúsculo, pero nunca de las dos maneras a la vez, lo cual llevo al principio de indeterminación de Heisenberg, abriendo el campo a todo tipo de especulaciones teológicas. Se habla de partículas sin masa, o de realidades unidimensionales como las “supercuerdas”, o de “antimateria”, para referir el comportamiento anómalo de determinados elementos.

La materia se manifiesta en el estudio del cosmos de un modo también extraño. El universo se presenta como una realidad originada en una singularidad que responde al nombre de “nada” más que cualquier otra cosa, y entre los postulados propuestos para la defensa de la teoría del estado estacionario del cosmos, está el de la creación continua de la materia de Hoyle. Creación “de la nada” (bien es verdad, que en cantidades muy pequeñas…) La materia parece infinitamente divisible, y su indagación nos aleja cada vez más de cualquier tipo de determinismo, y más aun de cualquier visión del mundo “como un todo”.

Y una ingenuidad latente, persistente y positivista puesta a funcionar desde diversas teorías cientificistas (o fundamentalismo cientifista) suele empujarnos a sufrir la impresión de que con la física de partículas o con las teorías cosmológicas, por ejemplo, vamos a obtener la “historia” de lo real o a acceder al “ladrillo” constitutivo último de la realidad. Sin embargo, lo que se consigue es obtener nuevos planos de una realidad que se nos muestra inagotable y dinámica.

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Género, sexo y la RAE

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Pincha sobre las imágenes para saber más

TRABAJO VOLUNTARIO. Lee esta noticia; luego, leerás el informe al que se refiere y contestarás a las siguientes cuestiones que se enuncian según los apartados en los que está dividido dicho informe:

Apartado 2. ¿Qué reproches realiza el académico a las guías?

Apartado 3. Cita brevemente las cuatro premisas verdaderas y, a continuación, la conclusión incorrecta. Averigua en internet el término con el que se denomina a la actividad de extraer conclusiones a partir de premisas.

Apartados 4 y 5. Qué opina el autor del informe sobre la “discriminación positiva”. ¿Qué cabe entender por “despotismo ético” en relación con el contenido de estos apartados? Extrae algún ejemplo.

Apartados 6, 7 y 8. ¿Qué dice el autor que sucedería de aplicar todas las directrices al pie de la letra?

Apartado 9. ¿Qué juicio le merece el uso de la arroba?

Apartado 10. Qué nos dice el autor sobre la relación entre la evolución de la lengua y la de la sociedad que hace uso de ella.

Apartado 11. ¿Qué es lo verdaderamente inquietante para el autor del informe?

Para profundizar en la cuestión pincha aquí.

Pincha aquí y lee las manifestaciones de más académicos (en este caso, desde la Filosofía) sobre la cuestión de la “visibilización” de la mujer.

Las académicas también se pronuncian sobre el tema.

Reflexión personal: ¿Qué juicio te merecen tanto las ideas del autor del artículo como las de los demás académicos? Razona tu respuesta, señalando los pros y los contras, y la conclusión a la que llegas. ¿Qué opinas de las imágenes de más arriba, en las que aparecen posando mujeres dedicadas a la política (ministras y ex-ministras)?

En la próxima clase trabajaremos académicamente una idea que también es utilizada de forma indocta, acrítica, confusa, oscura y, sobre todo, metafísica: la Idea de Igualdad. 

¿Qué cabe interpretar sobre el contenido de esta viñeta de Quino?

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