El curso pasado nuestro Centro participó en un estudiol acerca de la convivencia, promovido por el Observatorio Estatal sobre la Convivencia escolar. En el estudio participaron Centros Educativos todas las Comunidades Autónomas. Es el estudio sobre la convivencia escolar más amplio realizado hasta la fecha y en la evaluación realizada han participado más de 40.000 personas, contando alumnado (23.100), profesorado (más de 7.000), familias (más de 11.000), departamentos de orientación y equipos directivos. Se puede obtener el estudio completo en la página del Ministerio de Educación, pero, como es un estudio muy extenso, he colocado un enlace sobre los resultados, recomendaciones y vías de mejora que el equipo de investigación propone para la mejora de la convivencia.
El enlace es: convivencia- Resultados y recomendaciones del estudio .
Me gustaría comentar algunos de los resultados del estudio. En primer lugar, hay que decir que la convivencia en nuestro sistema educativo, en general, es juzgada por los participantes como buena o muy buena. Supongo que este resultado contrastado por la investigación, no aparecerá en medios de comunicación ni será comentado en tertulias de cualquier tipo o color. Evidentemente, el esfuerzo callado de muchos profesionales, familias y alumnos por convivir, a pesar de los conflictos y dificultades no es noticia. Ni da juego a los “profetas del infierno presente”. Con todo, el estudio manifiesta que hay problemas que resolver y que hay que encarar de forma urgente y sin tapujos. No estamos en el mejor de los mundos posibles, hay que caminar todavía un largo trecho.Supongo que este hecho tampoco da juego a los “loadores de paraíso en que vivimos”. Por eso supongo que este estudio no obtendrá demasiados titulares ni en prensa, ni en televisión, ni en otros medios.
Bajo mi punto de vista, lo mejor del estudio es que sugiere ámbitos de mejora para seguir avanzando. Evidentemente, las recomendaciones muy generales pero creo que merecen una reflexión por parte de todos, profesores, familias y Administraciones ( especialmente aquellas acostumbradas a “lavarse la manos”) de manera que esas sugerencias se puedan concretar en medidas y actuaciones concretas y coordinadas. Una reflexión que debe hacerse sin buscar culpables pero buscando soluciones viables.
Personalmente,de las recomendaciones presentadas, resaltaría aquellas relativas al fortalecimiento de la autoridad moral del profesor, las relativas a la prevención de la disrupción y la promoción de la colaboración entre familias y centros educativos.
En todo caso, me gustaría que se leyeran los resultados y que pudieramos abrir una línea de debate constructivo