Isaba. Semana Blanca 2014. Día 3.
Después de varios contratiempos: estropearse la cámara de fotos durante el viaje, los repentinos ataques de “mamitis”, la falta de cobertura para tener informadas a las familias, fotografías que aparecen al revés etc. hemos conseguido estabilizar la nave nodriza e informar.
El viaje hasta Isaba fue satisfactorio. Recogimos al último tripulante en Liédena y nadie sufrió el temido “mal del autobús”. Al llegar a la estación espacial “Hotel Isaba” todo fueron sorpresas: no había llaves, sino tarjetas para acceder a los camarotes que, dicho sea de paso, están muy bien acondicionados. Los pasajeros pudieron dar un paseo por los alrededores para conocer los hangares y recoger las botas de trabajo.
La noche fue un poco movida, como era de esperar, pero no demasiado, debido a un viaje que puso un poco nerviosos a los tripulantes.
Ayer, lunes, comenzamos la navegación hacia las montañas. Fue un viaje placentero y sin ningún tipo de contratiempo, lo cual es de agradecer en este tipo de singladuras. Repartidos en grupos, comenzamos el entrenamiento, unos con más fortuna que otros, y empezamos a aprender a manejarnos con las nuevas herramientas.
Los monitores nos mostraron “la cuesta de la muerte”, monstruo al cual nos tendremos que enfrentar el último día de nuestro viaje. Por la tarde, conocimos algunas de las tradicionales costumbres de esta galaxia: lo llaman Herri Kirolak y resulta un poco cansando, vista la necesidad de descanso de esta noche.
Hoy esperamos una travesía tranquila, ya que el resto de la semana anuncian lluvias de asteroides y campos electromagnéticos de diferente índole.
Seguiremos informado.
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