Ayer tuve la oportunidad de asistir al musical “El Rey de la Ilusión”, un homenaje que la localidad de Cintruénigo rindió a uno de sus más carismáticos y queridos personajes, César García Chivite, el cual nos dejó hace poco más de un año.
Tuve la oportunidad de ver en directo como un pueblo entero ha agotado las entradas para no perderse dicho evento y como más de 65 amigos y personas del pueblo se han entregado durante un año para rendir un sentido y emotivo homenaje al Halcón, quien seguro habrá sido feliz viéndolo allá donde esté.
Magia, humor, luces y música, mucha música, de aquella que al Halcón le gustaba. Guiños a la localidad que le vio nacer y a aquella que le hubiera gustado tener más cerca.
No tuve el privilegio de conocer al Halcón personalmente, más allá de verlo en Cintruénigo por las calles en sus últimos momentos; pero sí he oído mucho hablar de él y, por lo que cuentan las gentes del lugar, fue una de esas personas con las que merece la pena cruzarse.
Como llevo mucho tiempo en Cintruénigo, quiero dar desde aquí mi enhorabuena a los participantes en el show y a la gente de Cintruénigo por volcarse en el recuerdo de El Halcón Negro.
Larga vida al rock & roll.
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